miércoles, 19 de noviembre de 2014


Hablar de rock´n roll, es hablar de toda una era y una generación, una música, un baile, una manera de vestir y de ver la vida. Si el Vals supuso la primera gran revolución en el mundo de la danza, la era del rock&roll, en la década de los cincuenta, marca la segunda gran revolución; el primer claro ejemplo de música generacional y un fenómeno sin precedentes en la historia de la música popular. 

Por primera vez, los jóvenes de distintas razas se unían con un sentimiento común. El rock era una música que incitaba al movimiento, al baile. La joven generación de los cincuenta quería distanciarse de sus padres, quería acabar con la enorme represión sexual existente. Necesitaban un vehículo que les condujera a la ruptura con las formas culturales establecidas. En el rock era No había reglas claras sobre qué miembro de la pareja movía un pie en este u otro tiempo de música. Lo importante era adoptar posturas y realizar movimientos que simularan sexo, en las variantes más atléticas posibles. Nunca antes los blancos anglosajones, educados en la moral victoriana, hablan realizado tan descarados movimientos en público. 

Todo el mundo tiene en su mente lo que es un rock&roll, aunque los no aficionados a bailarlo en pareja tal vez no sepan distinguir que ritmo es el más apropiado para bailar en pareja. Por regla general, los primeros rock, de los cincuenta y principios de los sesenta, son todos bailables. Por el contrario, el rock de los setenta y ochenta, de la generación del ordenador, se volvió más sofisticado, con ritmo mucho más irregular, echo que lo invalida para bailar en pareja de forma estructurada. 

Hay que bailarlo con alegría. Es una danza divertida, que quiere pocos movimientos básicos y muchas figuras enlazadas. Actualmente está más estructurada que en sus principios y ha perdido, en gran parte, la simbología sexual que caracterizaba algunos de sus movimientos.


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