El baile como tal existe desde hace muchos años y de hecho cada nación o incluso región tiene algún tipo de baile propio. Hay bailes más movidos que otros, pero al fin y al cabo todos implican un movimiento corporal, que es un inicio importante para conseguir un buen estado de salud.
El mejor baile dependiendo de la edad: para las edades más tempranas el ballet o modalidades más movidas son ideales para empezar a trabajar la coordinación. En estos casos se suele empezar como un juego para acabar siguiendo una coreografía. Se busca desarrollar las cualidades motrices y también, por qué no, que se siga cierta disciplina.

En el caso de los adultos las recomendaciones se centrarían en bailes que no sean excesivamente exigentes para el corazón y la musculatura. De todos modos, si a edades más tempranas se ha bailado, el adulto puede seguir haciéndolo adaptándose a las características del momento. Evitar excesivos saltos o movimientos bruscos es una manera de adaptarse al baile pero hay que seguir disfrutándolo.
Según la doctora Eva Ferrer Vial-Barraquer, Especialista en Medicina del Deporte, "las personas que empiezan a bailar, suelen adoptar hábitos saludables".
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