La danza, con su fin de potenciar manifestaciones creativas, originales y propias del individuo, capaces de adaptarse a una sociedad dinámica y cambiante como es la actual; es capaz de desarrollar una sociedad.
Los pueblos primitivos danzaban y danzan hoy en día para pedir lluvia, protegerse de los espíritus, garantizar la caza o para rogar a los dioses; era un medio para expresar sus miedos, temores o ilusiones a través del movimiento, siendo en algunas ocasiones utilizado como vehículo físico para someter a los integrantes de una comunidad bajo unas creencias o cultos.
En el mundo contemporáneo, desde el siglo XIX, la danza ha recibido la influencia de las nuevas corrientes de pensamiento, evolucionando hasta generar multitud de tendencias adaptadas a las necesidades de la sociedad actual.
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