La danza es un ejercicio completo que puede ayudar a evitar el deterioro muscular y de las articulaciones, además de prevenir lesiones, mejorar la coordinación, el equilibrio, la orientación espacial y temporal, puesto que el ritmo marca nuestra vida desde el principio y los ritmos van cambiando según la edad, las estaciones, etc. Esta actividad ayuda a vivir en mayor armonía con nuestro ser, nuestro proceso vital y mantendrá nuestra mente más despierta.
El cuerpo humano, esa casa que todos habitamos, y a la vez descuidamos, es todo un complicado engranaje de piezas, que encajan perfectamente. Esta maquinaria perfecta nos permite hacer todos los movimientos inherentes a nuestro cuerpo, (los movimientos hegemónicos: respirar, comer, abrazar, protegerse...) También nos permite el movimiento; andar, correr, trepar, acuclillarse, arrodillarse, sentarnos en el suelo, acostarnos y levantarnos.
No nos debería costar ningún trabajo realizar estos movimientos naturales. Pero, la existencia que llevamos, el trabajo sedentario, nuestra postura ante la vida, la falta de autoescucha, el estrés, etc., contribuyen a que nuestros movimientos se limiten, los músculos se acorten y atrofien las articulaciones. El flujo sanguíneo y el sistema linfático también funcionan gracias al movimiento muscular.
"Sacar las emociones a través de los movimientos del cuerpo. Cada movimiento, cada traslado, cada gesto de cualquier parte del cuerpo, refleja un aspecto de nuestra vida interior." Rudolf von Laban.
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