miércoles, 19 de noviembre de 2014


La danza árabe es altamente terapéutica, ya que no sólo concede beneficios al cuerpo moldeándolo, si no que además hace trabajar sectores del cuerpo femenino donde se hallan puntos de energía descuidados por otras disciplinas u olvidados por la mayoría de las mujeres a causa del estrés. Con el movimiento aparecen sensaciones ocultas o reprimidas, muchas mujeres comienzan a reconciliarse con su cuerpo, a valorarse más desde lo femenino, a descubrir su sensualidad dormida y direccionar sus sentimientos e ideas sobre sí mismas.

La danza árabe actúa directamente sobre los centros de energía del cuerpo, eliminando bloqueos, tensiones y problemas de comunicación entre dichos centros, armonizando y dejando fluir esas energías por todo el cuerpo en un mecanismo en que recibimos energías del entorno, las asimilamos y devolvemos renovadas, produce liberación de emociones reprimidas y tensiones acumuladas. La concentración que se dirige a la música y los movimientos de las coreografías, hace que se desentienda de los problemas, para luego retomarlos con una óptica mas positiva.

Nadie puede dar nada que no posea, o, mejor dicho que no tenga en su interior. En el caso particular de la danza árabe, me interesa lasensualidad que tenemos reprimida por siglos de dominación, se nos ha hecho creer que nuestro lado femenino, sugestivo y seductor debía ser reprimido. Esta danza hace renacer y saca al exterior nuestro lado sensitivo.

El cuerpo de la bailarina ha de mostrar dos aspectos de la existencia: el aspecto terrenal y el aspecto etéreo, logrando así a través de la danza el equilibrio. 





0 comentarios:

Publicar un comentario